Un “open house” o sesión abierta es un excelente momento para echarle un buen vistazo a una vivienda, sobre todo si no estás seguro de querer dedicarle tiempo a una visita formal. Puede ser el primer paso para determinar con qué casas quieres dar el siguiente paso y observar más detalladamente.
Aunque es seguro asumir que el propietario de la vivienda exhibe su casa de la mejor manera, existen algunos indicios que puedes buscar en una sesión abierta que te pueden ayudar a descubrir si quieres volver a mirarla con más detalles o si la casa tiene problemas que podrían suponer más trabajo del que deseas. O, si ese es el caso, puedes decidir que un inmueble para remodelar está bien para ti y te ayudará a ver si puedes bajar tu oferta a fin de obtener la casa.
Desde luego que vas a querer asegurarte de que la cocina tiene mesones amplios y que la casa tiene suficientes habitaciones para tu familia. Pero no te preocupes por una alfombra o pintura fea, esas cuestiones se pueden arreglar de manera relativamente fácil.
En lugar de concentrarte solo en la parte estética, como lo hacen muchos compradores, estas son siete señales a las que debes prestar especial atención y que quizá no lo habías pensado.
Desde luego, ninguno de estos problemas en sí desharán el trato. De hecho, vas a querer realizar una inspección de la vivienda para descubrir los problemas que existen realmente y qué tan desafiante será arreglarlos. Pero buscar algunos de estos indicios puede, al menos, ayudarte a limitar la búsqueda en caso de que te gusten muchas propiedades.
Consejo adicional: asegúrate de tomar notas y fotos de la vivienda mientras la recorres para que puedas recordar cuál es cuál. Cuando ves varias casas en un día, puede ser difícil de recordar todos los detalles, “¿era esta casa la que tenía el patio trasero grande o era aquella otra?; ¿qué casa tenía la cocina que me encantó?” Es por eso que las fotos pueden ayudar a refrescar la memoria mientras determinas qué viviendas quieres ver más a fondo.