La casa luce muy bien. ¿Pero, crees que es necesario inspeccionar la vivienda de todos modos? Aunque no sea una exigencia del prestamista sino más bien del prestatario, en la mayoría de los casos la respuesta es sí. Y esto es porque a veces los problemas de una casa no son cosas que se puedan identificar con solo inspeccionarlas físicamente.
Estas son las siete áreas claves donde una inspección de una vivienda puede ahorrarte dolores de cabeza en el futuro:
Desde luego, el inspector de la vivienda también buscará muchos otros detalles, como si la propiedad armoniza con las leyes y si la calidad y la presión del agua son las adecuadas. También advertirá pequeños detalles como un horno que no calienta lo suficiente o una bañera que necesita un recubierto adicional para evitar problemas en el futuro.
Muchos de estos son fáciles de arreglar y es bueno saber que existen, pero por lo general no son tan graves como para “deshacer el trato”. Ninguna vivienda es 100 % perfecta, por eso es importante saber dónde pueden estar los problemas y tener la tranquilidad de que los sistemas importantes y los elementos estructurales están en buenas condiciones antes de mudarte, en lugar darte cuenta al mudarte de que quedaste atrapado en una mala inversión.
Al finalizar, el inspector te proporcionará un informe detallado que, por lo general, mencionará los estimados de los costos para el arreglo de diferentes problemas y les dará prioridad a los que quieras solucionar de inmediato. Recuerda, la inspección no determina el valor de la vivienda, sino que te dice qué arreglos se le deben hacer de inmediato o en el futuro, con lo que posiblemente te ahorrarás mucho tiempo y dolores de cabeza.
Después de que se le realizó la inspección a la vivienda, puedes reunirte con el vendedor para discutir cualquier problema que veas y descubrir si están dispuestos a pagar los arreglos. Es posible que ofrezca pagar las reparaciones, dividir los costos de las reparaciones contigo —el comprador— o, en un mercado en demanda, también podría exigirte que compres la propiedad como está, sobre todo si existe otra oferta que no está supeditada a la inspección de la vivienda. Solo será parte del costo de la hipoteca si un tasador exige que las reparaciones se realicen antes de la fecha de cierre del préstamo. Aparte de eso, tú decides si estás dispuesto a incurrir en los costos para arreglar los problemas que se deben corregir.